ACTO TERCERO
La decoración del acto primero. En el centro de escena, hacia la derecha, una cama portátil, en la cual está acostada Doña Juana en actitud soñolienta; a su lado, sentada, doña Lisarda y Marisancha. A su cabecera, en pie, el Doctor Santa Cara, hombre de avanzada edad. En la primera caja, a la izquierda, como si entrara de la calle, el Marqués de Denia, que al ver doña Juana queda suspenso. El Doctor Santa Cara dirígese1 a él de puntillas por no hacer ruido.
"dirígese" Para los pronombres átonos enclíticos, que son abundantes en todo el teto, véase lo expuesto en la nota 7 del primer acto.
ESCENA I
Doña Juana, Doña Lisarda, Marisancha, Doctor Santa Cara, Marqués de Denia.
DOCTOR.– (En voz baja.) La hemos traído aquí, porque en su alcoba quejábase de falta de luz y aire respirable.
DENIA.– ¿Y va mejorando?
DOCTOR.– Desgraciadamente, no. A la hinchazón de las piernas, que ya se manifestó ayer, debemos añadir las ampollas o vejigaciones2 que en diferentes partes del cuerpo se han presentado en la noche última...
DENIA.– Consecuencia de aquella salida imprudente que hizo, con la tecla3 de ir al campo a platicar con los aldeanos estúpidos, pegajosos4... ¿Y vos, Santa Cara, aconsejasteis esa temeridad de salir al campo?
DOCTOR.– Consultado por Valdenebros; dije a este que la Reina debía salir, no por breves momentos, sino permanecer muchos días en Villalba del Alcor disfrutando del sosiego y los aires puros de aquella deliciosa campiña.
DENIA.– Pues Valdenebros nada me dijo.
DOCTOR.– Señor, yo no sé. Contesté a Valdenebros a la consulta que me hizo.
DENIA.– (Contrariado.) Bueno, bueno... Sea cual fuere5 el motivo de esta nueva desazón6 de la Reina, ¿creéis, Doctor, que su estado es grave?
DOCTOR.– Mi parecer es que el fin de Su Alteza... no está lejano.
DENIA.– Descansará ella y descansaremos todos. Del estado mental de la enferma, ¿qué opináis?
DOCTOR.– En su cerebro he podido observar cambios bruscos. A ratos se despeja y habla sin tino con personajes que no tienen realidad más que en su turbado pensamiento. Luego recae en su postración muda... Y pues está aquí el santo varón Borja, que aproveche los momentos lúcidos para cumplir la misión que le ha dado la Sacra Católica Majestad del Gran Carlos V.
DENIA.– (Con cierta sorna.) Pues seguramente, Borja no verá cumplidos los deseos del Emperador.
DOCTOR.– ¿Por qué?
DENIA.– Hoy puedo asegurar, por averiguaciones recientes de buen origen, que esta señora sigue aferrada a la herejía, y para ella no hay más creencias que las insensatas doctrinas de ese maldito filósofo holandés que llaman Erasmo.
DOCTOR.– (Sorprendido.) ¡Lástima que una señora tan compasiva y bondadosa incurra en tales desvaríos!
DENIA.– (Notando que la Reina se mueve y murmura algunas palabras al oído de Lisarda.) Parece que despierta... Voy a saludarla. (Acarease a la reina y le besa la mano.) Señora, ya sé por el Doctor que sentís alivio en vuestra dolencia. Ánimo.
DOÑA JUANA.– Ánimo no me falta; será lo que Dios quiera. Hace días que no veo a la Marquesa. (Óyese el sonido lejano de loe matracas.)
DENIA.– Precisamente la he dejado ataviándose para ir a la iglesia. Hoy es Viernes Santo y...
DOÑA JUANA.– ¡Oh, sí! Viernes Santo. Me pareció oír las matracas.
DENIA.– Antes que mi esposa vaya con otras damas a San Antolín, a la solemne adoración de la Cruz, la traeré aquí para que salude a Vuestra Alteza.
DOÑA JUANA.– Que venga, que venga pronto; deseo hablar con ella. (Vase el Marqués.)
"Vejigaciones". La voz "vejigacion" no figura en ninguno de los diccionarios incluidos en el Nuevo Tesoro lexicográfico de la lengua española, ni en el Diccionario histórico del español (ambos pueden consultarse en línea en la web de la RAE). Y tampoco en la forma ortográfica vegigacion. Terreros (1788, III, 787) recoge el término vesicacion, y lo relaciona con la francesa vesication. Como podemos documentar esta última en inglés antes que en francés (en ambos casos en el siglo XVIII), quizá se trate de un anglicismo inducido por el francés o, mejor, un italianismo (vesicatione); acaso sea un internacioanlismo, porque es posible documentarla también en alemán en esa época y antes. No obstante, M.ª Teresa Herrera incluye en su Diccionario de textos médicos antiguos (1996, II, 1626) la forma vejigación (también vejigamiento) y la documenta en el siglo XV en el Tratado de cirugía de Guido de Cauliaco y en el Sumario de medicina de López de Villalobos. La primera de las dos referencias, que es más antigua, nos induce a pensar en la posibilidad del italianismo. En todo caso, es término antiguo en el idioma, y Galdós la habrá empleado para caracterizar el habla anticuada de los personajes (véase también la nota 48 del primer acto).
"tecla". La locución tocar uno una tecla con el significado de tocar 'tocar un asunto', era uso figurado y familiar según el Diccionario usual de la Academia de 1914 (972-973)
"pegajosos". Con el significado de 'zalameros', adviértase que es uso figurado y, en nuestra opinión, coloquial.
"fuere". Como se afirma en la NGLE manual (2010, 459-460), el futuro de subjuntivo es propio de la lengua antigua y clásica. Queda, como resto arcaizante en textos administrativos y jurídicos, en ciertas fórmulas rituales y en el discurso repetido. Se trata, pues, de un rasgo arcaizante.
"desazón". En el Diccionario usual de la Academia de 1914 (342) está marcado como figurado y familiar con el significado de 'disgusto o pesadumbre'.